Joan Amat es un agricultor veterano. Trabaja en el parque agrario desde que tenía 14 años. Ahora tiene 53 y una de sus especialidades es el cultivo hidropónico, o cómo cultivar hortalizas utilizando agua, abono y fibra de coco en vez de suelo agrícola. La planta se alimenta de los nutrientes disueltos en el agua en un suelo que es inerte, pero tiene un buen crecimiento, permite una gran producción y ofrece una buena calidad. Además, es una de las formas de cultivo que permite reutilizar el agua, con el consiguiente ahorro.
Hace unos quince días llenó de tomateras uno de sus invernaderos en Viladecans en un cultivo hidropónico. El plantel lo podéis ver en las fotografías. Si todo va como está previsto, hacia finales del mes de mayo, comenzará a cosechar. Aunque es un sistema con el que resulta más fácil controlar plagas y enfermedades, hay que estar atento y supervisar continuamente el proceso de crecimiento. Y en este punto, cuenta con el apoyo de una técnica de la Agrupación de Defensa Vegetal de Huerta del Parque Agrario.
Una aplicación controla el riego en todas los cultivos
Otra de las peculiaridades en las explotaciones de Joan Amat, tanto para los cultivos hidropónicos como en suelo agrícola, es que la producción está controlada por un sistema informático que regula el riego y el abono. Funciona igual que una gran y única aplicación. Cuando Joan explica este detalle da la impresión de poder disfrutar de una preocupación menos. Tras las tomateras vendrán los calabacines.
En otro de los invernaderos, hace pocos días ha plantado miles de apios, aunque en esta ocasión ha utilizado tierra. Y a su lado, en otra nave, enramadas de guisantes. También los podrá cosechar avanzado el mes de mayo, si es que la meteorología no sorprende con un invierno que hasta ahora no ha dado muestras de ningún rigor.
Joan Amat, antes de hacer las plantadas de apio y tomateras ha dedicado las últimas semanas a cosechar alcachofas en uno de sus campos. De la variedad «Simphony». Como también le gusta probar «cosas nuevas», decidió ver cómo arraigaba esta variedad en el parque agrario del Baix Llobregat. A diferencia de la blanca de Tudela, ovalada, la «Simphony» es alta y espigada. Sobre la calidad, Joan está satisfecho. Y también de la producción, ya que esta variedad proporciona más alcachofas que la otra. Sobre las plagas y su tratamiento, debe tener los mismos cuidados. Es un poco más barata. De tierna lo es tanto o más que la Blanca, a pesar de que su apariencia haga justo el efecto contrario.
Como muchos otros agricultores del Barcelona, Joan Amat trabaja la tierra de forma que sea muy productiva. Por sus manos también, pasan, cultivo tras cultivo, pepinos, espinacas, guisantes, apios, col, acelgas y alcachofas. Pero si le preguntan por el territorio agrario del Baix Llobregat y sobre el trabajo de payés, os dirá que la gran fragilidad de este espacio la provoca la «falta de inversiones públicas en infraestructuras agrarias». Pero eso ya es otra historia.