«Pero el Llobregat lleva agua?»

«Pero el Llobregat lleva agua?»

Mientras iba y volvía, de casa al río y al revés, Edgard Madrenys, fotógrafo y técnico de rehabilitación de fauna salvaje, iba recogiendo impresiones de sus vecinos de Cornellà cuando les explicaba lo que había encontrado en la orilla. «Pero el Llobregat lleva agua?» Le preguntó un día un conocido.

Tal era el desconocimiento sobre un lugar tan cercano. Ahora se ríe cuando lo cuenta. Pues resulta que sí, no sólo lleva agua, ya no es una cloaca e incluso, si abrimos bien los ojos, podemos ver muchas especies de animales y de flora.

Bernat pescaire, realitzada damunt la passera que creua a cornella

Edgard es de aquellas personas pacientes capaces de invertir el tiempo y las ganas necesarias para obtener una buena fotografía. Se debe inspeccionar el terreno, primero. Hay que supervisar los mejores lugares de observación, tanto de aves como de anfibios, y hacer las mil y una para que los animales no detecten la presencia del fotógrafo y de su cámara. Así, hay que pensar en el camuflaje.

Lo que el río ofrece

Todo comenzó de muy joven, cuando con un buen amigo suyo iban a menudo al río con la idea de descubrirlo todo. Después, se colgó unos prismáticos al cuello y continuó con su afición. Finalmente, un día, pudo comprar una cámara y comenzó a hacer fotografías. Se define como un autodidacta en el aprendizaje de la fotografía.

«Cuando empecé, hace más de diez años, me preguntaban siempre porque iba al río, y me decían que allí me robarían la bici, que como es que se me ocurría ir», dice. «Bueno, a mí me interesaba lo que el río ofrecía», se responde. Y es que, como él mismo apunta, entre el cemento de las autopistas, cerca de las vías de tren, la naturaleza se abre camino en lugares que, insospechados o no, acogen flora y aves, como los abejarucos, en su tránsito desde el sur de África y hasta el Baix Llobregat.

Como señala en su página web –madrenys.com-, había visto por la televisión como los leones cazaban gacelas, pero le fascinaba saber que no muy lejos de su casa había otros depredadores que, para sobrevivir, tenían que luchar tanto o más que los leones para cazar sus presas, aunque en este lugar de la comarca, atravesado por puentes, líneas eléctricas, autopistas … era más difícil poder observarlo. Y este fue su reto.

Sorpresa en plena noche

Gripau corredor, fotografiat a la vora del riu, a Cornellà

En muchas ocasiones, planta una pequeña tienda entre la vegetación del río. Tiene un diseño de camuflaje  y la apariencia de un gran arbusto. Y desde allí, dirige sus operaciones para obtener una buena fotografía sin ser visto. En otros momentos, y de la mano de algunos agricultores, se adentra en el parque agrario para fotografiar otros animales: erizos, lechuzas, águilas pescadoras, sapos …

A veces, él y los vigilantes del parque agrario se han sorprendido mutuamente, cuando en plena noche, de repente, se han encontrado cara a cara: «Imagínese, que encuentren alguien de madrugada, cerca del río, con una linterna, calzado con unas botas altas de agua … y el permiso para hacer las fotos, por supuesto! «.

Orquidea abellera

«Ahora el río es más conocido que antes. La gente pasea por su orilla. Y a veces se adentra entre la vegetación «, explica. Esto tiene también tiene efecto sobre el comportamiento de algunas especies. Por ejemplo, en el momento de hacer los nidos.

Al rescate de renacuajos

Tanto o más sorprendente es verlo, acompañado de sus colegas y amigos, con botellas de agua y cubos, en las zonas de agua estanca que hay cerca del río y el delta. Justo antes de que las desequen para evitar la proliferación de mosquitos con las altas temperaturas, procuran salvar las puestas de renacuajos introduciéndolas en los recipientes. Después, se dirigen a otros puntos, más protegidos, para depositarlos.

Eriçó fosc, realitzada al parc agrari. Foto: Edgard Madrenys.

Ahora tiene treinta años, ha publicado un libro de fotografías, («Cornellà, natura amagada»), se dedica profesionalmente a organizar visitas guiadas para observar la fauna salvaje en la alta montaña, y cuando es capaz de arañar horas al tiempo, se dirige al río pensando que cada incursión es un nuevo descubrimiento. También participa en las visitas guiadas al río organizadas por el Ayuntamiento de Cornellà.

También organizó una exposición con imágenes inéditas sobre la riqueza natural que alberga el río a su paso por Cornellà, que ahora se convertirá en itinerante por la ciudad, y con el deseo de que se pueda ver también a muchas de las ciudades de la comarca.

Fotografías: Edgard Madrenys.

«La Trama»: Payeses jóvenes que siguen aprendiendo del campo

«La Trama»: Payeses jóvenes que siguen aprendiendo del campo

La cooperativa de productos ecológicos «La Trama», de Viladecans la forman tres socios y jóvenes agricultores: Marta Pastor (36), Oriol Comelles (36) y Sergi Camí (41). Marta y Oriol son primos. Sergi estudió ebanistería y mecánica, hace seis años que se dedica a la huerta y le interesa la agricultura biodinámica. Cultivan cerca de 4 hectáreas y la mayor parte de lo que producen lo venden directamente a sus clientes. Incluso, hay productos que les quitan de las manos.

El dia que quedamos, no estaba Sergio. Marta, además de hacer de payesa, también cuida de una masía, junto con su marido Santi. Es una pequeña granja cerca de Els Bruguers, en Gavà. Además de gallinas, tienen rebaños de ovejas y de cabras. Y claro, uno de los productos que elaboran es leche de cabra. Obtienen una producción muy pequeña pero de momento, siempre que tiene, ya la ha vendido a sus clientes. Directamente de la granja a consumidores.

Marta cuenta que fue Oriol quien la animó a hacer de payesa. De eso hace tres años. Oriol se encoge de hombros, hace una mueca y ríe, haciendo ver que ella ya tenía interés. Antes de eso había hecho otros trabajos, desde monitora a oficinista. La vida da muchas vueltas, y entre los ánimos de su primo y el proyecto emprendido con “la Trama”, dio un paso hacia adelante en dirección al campo.

Antecedentes payeses

Oriol proviene de agricultores. Iba para profesor de historia y mientras estudiaba se dedicaba al campo, en las tierras de su familia, haciendo autoconsumo. Junto con Marta, coincide en que el aprendizaje ha sido muy duro. No sólo sobre plantar, cuidar y cosechar, sino también para vender. Cultivan hortalizas, verduras y fruta. Este año, Oriol terminará el último curso en la universidad, pero en lugar de historia saldrá con una titulación en ingeniería agrícola. Si pueden, introducirán mosqueros para hacer capturas de las moscas que pican la fruta, aunque dicen que de momento, las plagas no les han causado grandes estragos.

«Aprendemos de los errores -sostiene Marta-, y las cosechas no son siempre iguales. Puedes planificar pero después la naturaleza puede ser que te lo trastoque todo «. Se refiere a este invierno, en el que las altas temperaturas provocaron que las coliflores y los brócolis, plantados en diferentes momentos, los tuvieron que recoger todos de golpe en Navidad.

Rotación de cultivos

De huerta y verdura plantan casi de todo. Mientras hablamos, Oriol señala varias hileras de espárragos que crecen. Estamos en temporada. Procuran eso si, hacer rotaciones en los cultivos. De fruta, sobre todo producen peras (de san Juan, moscatella y canela), manzanas (Golden y Fuji), granadas, y ciruelas, en la variedad más conocida en el Bajo, la mirabolà, junto con claudias, negros y japonesas. La imagen familiar que puede ver en las fotografías está tomada ante uno de los ciruelos (mirabolà) que más aprecian, por productiva: 80 kilos de un solo árbol.

Eligieron el nombre de La Trama para su explotación porque consiguieron organizar todo un sistema de producción y de distribución junto con otros productores locales que se sumaron, por ejemplo de pan, cerveza artesanal, jabón o setas. Ahora, rumian si poner otro nombre a su negocio. Tienen una red de clientes muy fieles, sobre todo de grupos de consumidores y cooperativas de consumo de producto ecológico que los compran directamente lo que producen.

Quien se dedica a la distribución es Santi, el marido de Marta. También venden en los mercados de payés de la comarca y en el mercado de la Tierra en Barcelona. Su modelo de negocio se basa en el control de todo el proceso de producción, recogiendo y evaluando los resultados del contacto directo con el consumidor con la venta de producto de calidad y ecológico.

La cara oculta del Delta del Llobregat

La cara oculta del Delta del Llobregat

En estas últimas horas de campaña, queremos compartir con todos vosotros un mensaje de los compañeros de Depana, explicándoos la recompensa que ellos aportan y que aún está disponible, e invitando a descubrir con ellos el territorio. Aquí lo tenéis:

Conocer es algo más que ver, es apreciar lo que ves. Sólo lo que se conoce de verdad, se puede llegar a valorar y estimar.

Desde DEPANA, y como aportación al Verkami organizado con el objetivo de llevar adelante el proyecto «Orgull de Baix«, el próximo día 1 de mayo tenemos previsto hacer una ruta por lugares emblemáticos del Delta del Llobregat.

El objetivo es que los participantes puedan apreciar los fuertes contrastes de esta parte de la Comarca, al mismo tiempo que disfrutan de un recorrido por espacios naturales poco conocidos: los límites del Delta, donde conviven grandes infraestructuras y polígonos industriales, junto con las especies protegidas y hábitats de importancia europea.

Visitaremos el río Llobregat en su frontera con la gran Barcelona, ​​las últimas zonas agrícolas tradicionales de la llanura del Prat. La desembocadura, la complicada frontera de los espacios naturales con el aeropuerto, y para terminar la ruta, las últimas playas vírgenes de toda la Cataluña central.

Conoceremos de primera mano la última parte de la convulsa historia de este territorio, como se le ha ayudado a resistir y lo agradecido que es este entorno cuando se le da una oportunidad.
 ¡No perdáis la ocasión de ver el Delta del Llobregat desde otra perspectiva!

El punto de encuentro será la estación de Renfe de El Prat a la 9h. Acceso en ferrocarril, autobús y metro. Parquing gratuito. El recorrido por el Delta lo haremos distribuyéndonos en vehículos privados.

Duración de 9h a 13h.

 

El Llobregat y el Cardener son «ríos de sal»

El Llobregat y el Cardener son «ríos de sal»

Roger Lloret se ha pasado más de media vida cuidando de los ríos de nuestro país, y especialmente del Llobregat. No es una obsesión, sino que lo ha hecho porque era su trabajo (y su pasión). Aunque cuando tenía un momento para ocuparse de otras cosas, también seguía -y lo sigue haciendo- interesándose por los ríos y la meteorología. Químico y agrónomo, durante 40 años ha tenido en sus manos el control de la calidad y la sanidad del agua del Llobregat para la Sociedad de Aguas de Barcelona.

Acostumbrado a atender a investigadores y técnicos de empresas y de administraciones, en 2008 Roger conoció a Jordi Honey-Rosés, un estudiante de la Universidad de Illinois de madre catalana, a quien sus raíces lo llevaron a Barcelona con la idea de hacer su tesis doctoral.

Roger le facilitó toda la información y conocimientos de que disponía, tanto del Llobregat como del Cardener. Pero para acabar de orientar a Jordi, le pidió que fuera a las fuentes del Llobregat y procurase hacer el camino del río hasta su desembocadura. Dicho y hecho. Jordi se fue a Castellar de n’Hug y siguió todo el trazado del río hasta la desembocadura. Cuando llegó el delta, tuvo suficiente para decidir sobre qué trataría la tesis: la vertiente económica del río, o dicho de otra manera más explícita ante lo que había visto: Que es mejor, invertir en el río o en tecnologías que lo mejoren?

Aliados

Después, Roger conoció a Santiago Gorostiza, un estudiante que se disponía a estudiar la colectivización de empresas en la comarca del Baix Llobregat durante la guerra civil. El hecho es que cuando Roger, Jorge y Santiago se encontraron con un montón de datos en sus manos pasó como cuando se junta el hambre con las ganas de comer, y decidieron escribir un libro sobre la cuestión. Este es el origen de «Ríos de Sal» un intensivo estudio sobre el impacto de la sal a lo largo de la historia en el curso del Llobregat y el Cardener que han publicado con la ayuda del Centro de Estudios Comarcales del Baix Llobregat.

Durante cuatro años, consultaron toda la información disponible y llamaron a las puertas de todos los lugares conocidos y por conocer. La principal conclusión que destacan de su trabajo es que desde que comenzaron las explotaciones industriales de potasa en el Bages, la salinidad del río Llobregat ha sido el dolor de cabeza del abastecimiento del agua en el área metropolitana de Barcelona.

Durante los tres años que estuvo parada la planta de potasa en la guerra civil, los niveles de salinidad bajaron notablemente. Aún hoy en día, según los datos que los autores detallan en su libro, la salinidad del río sobrepasa los máximos que se fijaron durante la Segunda República. La Generalitat republicana había puesto en marcha un plan de acción para frenar la salinidad. Durante los trabajos de investigación, los tres autores descubrieron que la primera denuncia contra las minas está datada en 1926 por parte de la empresa textil Burés, debido a que la sal del agua había dañado sus turbinas.

La edición ha sido posible gracias al apoyo del CECBLL y de mecenas privados. Los tres están satisfechos con un libro que muestra cómo la población se moviliza para denunciar los impactos de la salinización de los ríos en Cataluña. Jordi Honey-Rosés es profesor en la universidad British Columbia de Vancouver. Santiago Gorostiza es investigador Marie Curie en la Universidad de Coimbra (Portugal).

“Rius de Sal – Una visió històrica de la salinització dels rius Llobregat i Cardener durant el segle XX”. Editat per Edicions del Llobregat- Centre d’Estudis Comarcals del Baix Llobregat.

 

«Aprendí cosas que nunca había visto»

«Aprendí cosas que nunca había visto»

«Aprendí cosas que nunca había visto». Lo dice uno de los alumnos de 3º de ESO del Instituto Olorda de Sant Feliu de Llobregat tras hacer una visita al parque agrario, ver el documental «El pati del darrera» y escuchar lo que les explicamos en clase sobre el proyecto interactivo «Orgull de Baix». Como él, muchos otros estudiantes dicen haber quedado sorprendidos por las dimensiones del espacio agrícola que forma el Parque Agrario, entre otros detalles. Tan cerca y tan desconocido, ¿verdad?

Pisaron el terreno, escucharon lo que dicen los agricultores y prestaron atención a los mapas y las fotografías del documental interactivo que estamos preparando. Más tarde, cada uno escribió una redacción subrayando lo que habían aprendido sobre la agricultura, el río, los acuíferos, que es un delta, lo que significa el parque agrario para Barcelona y las ciudades de su alrededor, o lo que hubiera representado un proyecto como Eurovegas.

«Debemos proteger las tierras, que simbolizan nuestra comarca y son fuente de vida. Y tenemos que luchar contra los que las quieren destruir «, escribe un estudiante con mucho convencimiento. Parece tener pocas dudas sobre el valor del suelo. En cuanto al del suelo, está en el camino de descubrirlo todo solito. Este mismo estudiante, con letra bien clara, confiesa que ha conocido un territorio que antes ignoraba. Lo veía como un lugar de paso. De modo que ahora ha sido capaz de darle valor: «He aprendido a valorar un territorio, que en parte me pertenece y pertenece a mi patrimonio».

Una gran extensión agrícola cerca de Barcelona

Les ha sorprendido poder ver con detalle la extensión del parque agrario y que éste está a tocar las ciudades en las que viven. También de que la agricultura tiene un papel «residual» entre las actividades económicas. Pero, además, han podido apreciar cómo este mismo espacio es una despensa de alimentos para Barcelona y las ciudades del Baix Llobregat.

Opinan que «Eurovegas» habría empobrecido a muchas personas, que habría reducido el espacio agrícola hasta su desaparición y, en consecuencia, habría provocado un «perjuicio» más que un beneficio. «La agricultura es más importante que Eurovegas», apunta uno de los alumnos, mientras que otro escribe que se ha dado cuenta de lo «presionado» que está el parque agrario por las infraestructuras que pasan a su alrededor cuando no lo atraviesan.

Han aprendido a distinguir la agricultura integrada, que busca minimizar el uso de productos químicos en el campo, de la ecológica, que todos la relacionan con la calidad y la salud como valores. De la zona alta del valle hasta la planície y el delta, los alumnos han recorrido el parque sobre el terreno y con nuestros mapas en una pantalla. Un espacio que produce fruta, verduras hortalizas, con dos acuíferos, uno de los cuales está muy salinizado, pero que por debido a una «buena tierra y climatología» resulta ser uno de los lugares más fértiles para la agricultura a un paso de la gran ciudad.