Una pequeña isla en el delta acoge una población de gaviotas corsas

Una pequeña isla en el delta acoge una población de gaviotas corsas

La gaviota de Audouin (gaviota de Audouin, Larus audouinii), considerada hasta hace pocos años como una especie de gaviota rara, la podemos encontrar sólo en el mar Mediterráneo (endémica) y es muy sensible a las alteraciones de su hábitat.

De tamaño medio, mayor que la común Gaviota y más pequeña que la gaviota patiamarilla (Larus michahellis), de coloración gris con la cabeza y el vientre blanco. Como curiosidad destacar su pico de color rojo coral, con una raya negra y amarilla en la punta, y sus patas negras, que la hacen única.

La gaviota de Audouin, al contrario que otras especies, no come los vertederos, es fundamentalmente piscívora y obtiene gran parte de su alimento del rechazo de los barcos de pesca.

Hasta hace pocos años se encontraba en peligro de extinción, pero gracias a la colonia que se estableció en el Delta del Ebro ha conseguido aumentar su población, a pesar de continuar hoy en situación de vulnerabilidad.

En 2009 se establece con éxito una nueva colonia, que escoge una pequeña isla situada junto a la desembocadura del río Llobregat para su nidificación, manteniéndose hoy en día con altibajos, hasta convertirse en un los valores más destacables de la zona.

Si la queréis observar, lo podéis hacer desde marzo hasta julio en la playa de Ca l’Arana y en la pequeña isla situada al lado, donde se reproduce. Uno de los pocos lugares donde las parejas y sus crías pueden ser observadas a una distancia muy corta.

En la imagen, cedida por Salva Solé, apreciamos la elegancia y delicadeza de esta especie con el plumaje nupcial (más vistoso y colorido), en el momento de la parada nupcial (conjunto de actitudes y emisiones sonoras que preceden a la acoplamiento o formación de la pareja).

En aquesta imatge, cedida per Salva Solé , apreciem l’elegància i delicadesa d’aquesta espècie amb el plomatge nupcial (més vistós i colorit) , en el moment de la parada nupcial (conjunt d’actituds i emissions sonores que precedeixen a l’acoblament o formació de la parella) .
En aquesta imatge, cedida per Salva Solé , apreciem l’elegància i delicadesa d’aquesta espècie amb el plomatge nupcial (més vistós i colorit) , en el moment de la parada nupcial (conjunt d’actituds i emissions sonores que precedeixen a l’acoblament o formació de la parella) .
Piratas a la vista! Las torres defensivas de la época moderna en Castelldefels

Piratas a la vista! Las torres defensivas de la época moderna en Castelldefels

La costa de Castelldefels conformaba un puerto natural ya en la época de los íberos (s.IV a C.). En este puerto se han intercambiado todo tipo de productos con comerciantes que venían de ultramar hasta bien entrado el siglo XIX (productos agrícolas, metales, orfebrería o tejidos).

El siglo XVI se caracteriza por ser una época de gran inseguridad por las incursiones de los piratas en las costas de Castelldefels y Gavà. Estos eran mayoritariamente de origen berberisco (musulmanes del norte de África), desembarcaban por sorpresa, atacando las masías y las casas aisladas, llevándose todo lo que consideraban de valor y capturando sus habitantes para convertirlos en esclavos.

El miedo de los habitantes era tal que se propuso fortificar la costa mediante castillos y torres de defensa. Esta decisión originó algunas de las masías con torres defensivas que aún hoy en día conforman el paisaje de Castelldefels.

De ahí el nombre que algunos barceloneses dan a las segundas residencias que se construyeron en esta zona, la torre.

El catálogo del patrimonio histórico local incluye doce torres: torre Barona o torre de la guardia, torre de Can Gomar, torre Gabriel Folcher, torre de Antoni Janer, torre de Climent Savall, torre de la Muntanyeta, torre de la plaza Mayor, torre de Cal Tivalla, torre de Cal Moliner, y torre de ca n’Armand, torre del General Manso y torre de los señores Llopart en el barrio del Poal.

Fotografías: Arxiu Històric de Castelldefels.

Los tres campos de aviación que conforman el actual aeropuerto

Los tres campos de aviación que conforman el actual aeropuerto

El primero de los tres campos que conforman lo que hoy es el aeropuerto barcelonés de El Prat es el que se conoce por el aeródromo de la Volatería. En 1916 se constituye el Real Aero Club de Cataluña, sociedad deportiva formada por un grupo de periodistas entre los cuales se encuentra Josep Canudas, Ricard Cabot y Eduard Feliu, miembros de la alta burguesía catalana. Escogen el Delta del río Llobregat como emplazamiento del primer campo de vuelos de Cataluña, junto a la zona del Remolar, donde curiosamente había una granja avícola que se llamaba La Volateria y que daría nombre al futuro aeródromo, situado a 14 kilómetros de Barcelona. Las instalaciones iniciales se construyen con lonas, como las de los vagones de carga de los ferrocarriles, ligadas a unos pinos.

En diciembre de 1918 se inaugura la línea de Toulouse-Casablanca, de la empresa Latécoère, con escala en la Volatería, con 2 vuelos semanales, convirtiendo el aeródromo en el primero de Barcelona y de España con vuelos comerciales. Años más tarde se convertirá en un aeródromo militar llamado los Marinos.

El aeródromo Latécoère o «Campo francés»

En el año 1920, la compañía Latécoère, que inicialmente volaba desde el campo de la Volatería, se instala en unos terrenos propios, junto a la antigua carretera de Valencia. Unos terrenos planos y libres de obstáculos que, a pesar de tener unos accesos difíciles (no olvidemos que la zona se inundaba muy fácilmente debido a su localización en las tierras bajas del Delta) se acabarán convirtiendo en uno de los campos de vuelo dotado de las mejores instalaciones de toda España.

En este nuevo campo, de forma trapezoidal, con 800 metros de longitud sur-norte y 300 metros este-oeste y dos pistas de hormigón, la compañía establecerá un servicio postal entre París y Barcelona que será todo un éxito. Aquel nuevo campo de vuelo se conocerá como el «campo francés» y se mantendrá activo hasta el año 1939.

El aeródromo Canudas

El tercer campo, el aeródromo Canudas, abre sus puertas en 1922, tiene 940 metros de longitud y 300 de anchura. Es el que posee las mejores conexiones de los 3 campos, localizado al lado de la carretera del Prat, en la antigua finca de Can Molas, pasa a manos de la Generalitat de Cataluña en 1934 y adopta el nombre de aeródromo Muntadas.

En 1941 se pone en marcha el proyecto de creación del Aeropuerto Internacional de Barcelona que unificaría los 3 aeródromos, abriendo sus puertas al tráfico nacional e internacional en 1946, hasta el día de hoy que es el segundo aeropuerto más importante de España y de la red de aeropuertos de AENA.

La aparición de estos 3 campos de aviación implicará un cambio en el paisaje de la huerta y en la manera de vivir de la gente del Delta que durará hasta el día de hoy.

Fotografías: Los Marinos (antigua volatería) y Latécoère, Instituto Cartográfico y Geológico de Cataluña. Autor: Gaspar y Serra, José. 1929.
Campo Canudas. Fondo Josep Monés y Amat. Arxiu municipal del Prat. AMEP.

De Olesa a Los Angeles gracias al valor de un olivo autóctono

De Olesa a Los Angeles gracias al valor de un olivo autóctono

Al norte de la comarca del Baix Llobregat, en Olesa de Montserrat, se cultiva una variedad de aceituna autóctona, la Palomar Olesana. Los agricultores que se dedican a la defienden con una estrategia: promover la calidad en lugar de una gran producción. El aceite que se obtiene -el «Oulesa»- procede de numerosas pero pequeñas explotaciones que se concentran en Olesa, al pie de Montserrat, en tierra formada por pizarras.

La variedad proporciona un aceite extravirgen de gran calidad, sabroso, con muy baja acidez (0,11) y ligero. Tiene un sabor dulce y un cierto punto picante que se desvanece en seguida en el paladar. La aceituna se cosecha verde, habitualmente a finales de octubre, y una vez hecha la extracción, con su reposo, está a punto para su consumo para las fechas navideñas. Los informes analíticos realizados sobre este aceite utilizan las expresiones afrutado medio, amargo medio y picante medio, junto con los adjetivos maduro y equilibrado.

Que el olivo Palomar se mantenga y se promueva es el principal objetivo de la Fundació Agrícola Olesana,, una asociación privada formada por 172 socios productores, y que dispone de molino propio para la extracción del aceite. Cada productor asociado lleva su producción, realiza la extracción y la envasa. Al mismo tiempo, una docena de productores constituyó hace pocos años una Sociedad Agraria Transformadora (SAT) con la idea de comercializar el aceite, que se puede comprar en la tienda de la fundación en Olesa y en establecimientos de Barcelona.

Una cata lleva el aceite a Los Ángeles

Desde 2014, el aceite olesano ( «Oulesa») se encuentra también en la ciudad californiana de Los Ángeles. Estos últimos días se hacían los preparativos para el envío de unos 300 litros a una restauradora (Coreen Peralta) a quien los productores conocieron participando en la feria Mercat de Mercats, que organiza Mercats de Barcelona cada octubre en la plaza de la catedral. A la restauradora le gustó tanto la cata -una tostada con aceite- que desde entonces es una fiel clienta y lo comercializa en California.

Aquel año vendieron todo el aceite que llevaban a la barcelonesa feria de los mercados. También descubrieron que algunos de los clientes que los compraron pensaban que Olesa, aunque se acompaña del topónimo montserratino y de la fama de su Pasión, está a unos 200 kilómetros de la capital! La anécdota la cuenta José María Gibert, secretario de la Fundación, un hombre, ya jubilado, que va cada día «a la viña», como se les llama a los campos de olivos en Olesa, para cuidar de sus cultivos.

Las lluvias, el calor y la mosca de la aceituna

Que haya más o menos producción de aceite de esta variedad depende, primero, de las lluvias que se produzcan durante el cultivo. Durante los últimos dos años, incluido el actual, no han sido abundantes; segundo, el calor, que con elevadas temperaturas puede provocar que la aceituna se marchite; y tercero, del agua de riego, que no llega a muchos de los campos situados en los grandes desniveles de las montañas. José María tiene la esperanza de que pronto se pueda llegar a un acuerdo para hacer llegar el agua a los campos situados a mayor altitud por un sistema de bombeo.

Hay otra limitación: la plaga de la mosca del olivo, que si bien últimamente está controlada gracias a las capturas realizadas en mosqueros, puede ocasionar más de un susto a los agricultores. La agricultura que se practica es convencional pero la SAT ya está pensando en dar el paso hacia la agricultura ecológica, que es la ambición de los asociados, como subraya José María.

 

 

La ribera del Llobregat hace de reserva de la biodiversidad

La ribera del Llobregat hace de reserva de la biodiversidad

La ribera del Llobregat en Abrera es el último punto del río antes de entrar en el espacio más metropolitano, justo en el desfiladero de Martorell. Por lo tanto, constituye un reservorio de biodiversidad en la puerta de la región metropolitana de Barcelona y un lugar que es un refugio para muchas especies nidificantes. Acompañamos los técnicos de SEO BIRD LIFE durante el anillamiento de aves que cada mes realizan en este punto de la comarca, acción que se hace gracias al convenio de colaboración que la entidad tiene con el área de Medio Ambiente de Ayuntamiento de Abrera.

Alfonso Recio, técnico municipal de Abrera, subraya lo importante que es el entorno fluvial del río Llobregat a su paso por Abrera: es la principal aportación de agua en el acuífero de Abrera, conocido como cubeta de Abrera. Sin el río, este acuífero no existiría. Los sedimentos que secularmente ha arrastrado la corriente, también son los que han creado la capa geológica que conforma el acuífero.

El corredor mediterráneo

Por otra parte, el río ha sido, históricamente, un espacio de comunicación. El Llobregat rompe la cordillera litoral, en el desfiladero de Martorell, creando un paso que relaciona la fosa Valles-Penedès. Es lo que hoy llamamos corredor mediterráneo (antigua vía augusta) con el llano de Barcelona. De hecho, gracias al río, en Abrera confluye el camino de Madrid, el corredor mediterráneo y el acceso a Barcelona, ​​y también vía Llobregat, un acceso hacia los Pirineos. Estratégicamente se trata de una geografía inmejorable.

Desde el punto de vista ecológico, el río es vital para Abrera, un municipio tan recortado por las infraestructuras de comunicación (el Llobregat es también una cierta paradoja, da una accesibilidad importante y a la hora atrae presión infraestructural). A nivel regional, es un conector ecológico, por ejemplo entre Montserrat y el delta del Llobregat. Pero también a nivel local, dentro de Abrera, nos garantiza una conectividad ecológica norte – sur. Y los torrentes del Llobregat, conectan las llanuras agrícolas de Abrera de Can Garrigosa y Sant Ermengol, o las sierras de cierran el valle del arroyo del Morral.

Los cañaverales ofrecen refugio a las aves

La ribera del Llobregat en Abrera tiene doble lectura. En sí mismo, actualmente es ya un espacio de gran valor. Todo el cañaveral da refugio a las especies nidificantes. Pero al mismo tiempo, sabiendo que la caña es una especie invasora, el espacio de ribera nos da la oportunidad de realizar proyectos de gestión de recuperación del bosque de ribera en determinados puntos. Este potencial de mejora, los proyectos que se pueden desarrollar, también son un valor.

Agricultura ecológica, modelo de sostenibilidad

Agricultura ecológica, modelo de sostenibilidad

Ferran Berenguer es un agricultor, biólogo de formación, que antes trabajaba en una cooperativa de consumo. En 2007, al inicio de la crisis económica, se puso a trabajar en el campo. Se asoció con Joan Llorens, agricultor de nacimiento, y decidieron dedicarse a la agricultura ecológica.

Su trabajo en la cooperativa de consumo de producto ecológico, permitió a Ferran conocer bien el mercado, por lo que ahora sabe dónde está su público. «El producto ecológico se introduce con la confianza del cliente», dice. Si esto falla, se rompe la parte más valiosa de la relación comercial. Es por eso, cree Ferran, que toman relevancia los grupos de consumidores que se organizan para la compra de producto ecológico.

En Cal Roset de Sant Vicenç dels Horts, Ferran, Joan, sus familias y un grupo de trabajadores que les ayudan, se dedican a fondo en el campo. Cuando es hora de plantar, se escoge el sistema que mejor reportará productos durante más tiempo, en lugar de cosechar grandes cantidades de golpe, e ir a vender.

Sus productos se venden en un formato de lista a particulares o en la tienda que tienen en Barcelona ciudad, y sobre todo a los grupos y cooperativas de consumidores de producto ecológico, cada vez más numerosos y buenos conocedores de las virtudes de este tipo de producto, asociado a la idea de una alimentación saludable y responsable.

¿Lo peor de la agricultura ecológica es sufrir y hacer frente a las plagas? «La burocracia», responde Ferran. Y es que toda producción ecológica precisa que sea certificada -en Cataluña, se encarga de ello el Consell Català de la Producció Agrària Ecològica.

Siguiendo las normativas correspondientes, con una buena planificación a la hora de plantar y cosechar, y teniendo una estrategia comercial bien definida, Ferran y Joan han sacado adelante un negocio basado en la confianza de los clientes y un modelo de agricultura que demuestra ser sostenible, también económicamente.

El ‘Martin pescador’ en el delta del Llobregat

El ‘Martin pescador’ en el delta del Llobregat

El Martín Pescador («Alcedo atthis) es una de las aves pequeñas de nuestras latitudes que presenta un colorido y vistosidad que recuerdan más a las de latitudes más bajas. Destaca también por su pico largo en comparación con el de su tamaño, unos 16 centímetros.

Forma parte de la familia de aves africanas europeas, junto con la carraca (del que os hablamos en un post anterior, el 17 de marzo), la abubilla y el abejaruco. Las 4 especies son visibles en el Delta en las diferentes estaciones del año.

Una veintena de ejemplares pasan el invierno en el Delta del Llobregat, no los podremos observar durante la época reproductora (entre abril y julio), pero dado que ésta tiene lugar en el mismo río (aguas arriba) no tardan mucho en reaparecer.

Nidifica en los taludes arenosos de los ríos y en los arroyos y se alimenta de peces y larvas de anfibios y posee una especial relevancia como indicador de la calidad del agua.

Su característico canto sonoro, nos avisa de su presencia. Si desea oir su canto, clique aquí. A pesar de su pequeño tamaño su vuelo es rápido, y lo podemos observar cuando posa tranquilo en cañas de las lagunas o canales del Delta.

Compartimos con ustedes una fotografía espectacular de Eio Ramon en la que podemos observar todas las características peculiares de este pequeño gran pájaro acuático.

Blauet

Del Llobregat a la Boquería des de 1878

Del Llobregat a la Boquería des de 1878

Cal Neguit son cinco generaciones de agricultores en el mercado de la Boqueria.Tenen puesto de venta directa en el mercado desde 1877. Siempre han trabajado en el Parque Agrario, inicialmente en Hospitalet (donde hoy en día se encuentra la Fira2 Barcelona), hasta los 90 cuando se hace efectiva la orden de expropiación del Ministerio de la Vivienda de los años 60, y se trasladan a Sant Boi, donde aún trabajan.

Comenzaron llevando el género al mercado de la Boquería en carro, como se hacía originariamente, y a principios de los 60 compraron el primer tractor del Baix Llobregat, ​​agilizando así el traslado del género al mercado..

Al frente de la parada hace ya más de 40 años que encontramos a Roser Casas, hija de Cal Gallines Negres, también del Hospitalet. Se casó con el heredero de Cal Neguit y desde entonces no ha dejado de trabajar. Nos cuenta que volvía un jueves del viaje de novios y que el viernes mismo empezaba, hasta hoy día. Una mujer valiente y adelantada a su tiempo, por qué no decirlo, que dirigió la parada ella sola desde que cumplió los 48, cuando se jubilaron los suegros, hasta hace unos años cuando pasó el relevo a su hijomayor, Pedro. Actualmente, con 68 años, ya jubilada, Roser todavía pasa de vez en cuando para ver cómo va todo en la parada.

En Cal Neguit practican la agricultura integrada y son un referente en Barcelona de la venta directa, sin intermediarios, de los productos del campo en la ciudad. Pere Ferré, el heredero y continuador del negocio familiar, lo ha modernizado diversificando tanto el tipo de venta (vía Internet, apps como el whatsapp o el servicio a domicilio) como el del cliente (restauradores, escuelas de cocina, etc. ) adaptándose a los nuevos tiempos.

Si algo caracteriza a esta familia es tanto su capacidad de superación ante las las adversidades como de adaptación a los nuevos tiempos.

Si va a la Boqueria , acérquense, tienen una parada que da gusto!

El cultivo hidropónico: com hacer crecer tomateras en agua

El cultivo hidropónico: com hacer crecer tomateras en agua

Joan Amat es un agricultor veterano. Trabaja en el parque agrario desde que tenía 14 años. Ahora tiene 53 y una de sus especialidades es el cultivo hidropónico, o cómo cultivar hortalizas utilizando agua, abono y fibra de coco en vez de suelo agrícola. La planta se alimenta de los nutrientes disueltos en el agua en un suelo que es inerte, pero tiene un buen crecimiento, permite una gran producción y ofrece una buena calidad. Además, es una de las formas de cultivo que permite reutilizar el agua, con el consiguiente ahorro.

Hace unos quince días llenó de tomateras uno de sus invernaderos en Viladecans en un cultivo hidropónico. El plantel lo podéis ver en las fotografías. Si todo va como está previsto, hacia finales del mes de mayo, comenzará a cosechar. Aunque es un sistema con el que resulta más fácil controlar plagas y enfermedades, hay que estar atento y supervisar continuamente el proceso de crecimiento. Y en este punto, cuenta con el apoyo de una técnica de la Agrupación de Defensa Vegetal de Huerta del Parque Agrario.

Una aplicación controla el riego en todas los cultivos

Otra de las peculiaridades en las explotaciones de Joan Amat, tanto para los cultivos hidropónicos como en suelo agrícola, es que la producción está controlada por un sistema informático que regula el riego y el abono. Funciona igual que una gran y única aplicación. Cuando Joan explica este detalle da la impresión de poder disfrutar de una preocupación menos. Tras las tomateras vendrán los calabacines.

En otro de los invernaderos, hace pocos días ha plantado miles de apios, aunque en esta ocasión ha utilizado tierra. Y a su lado, en otra nave, enramadas de guisantes. También los podrá cosechar avanzado el mes de mayo, si es que la meteorología no sorprende con un invierno que hasta ahora no ha dado muestras de ningún rigor.

Joan Amat, antes de hacer las plantadas de apio y tomateras ha dedicado las últimas semanas a cosechar alcachofas en uno de sus campos. De la variedad «Simphony». Como también le gusta probar «cosas nuevas», decidió ver cómo arraigaba esta variedad en el parque agrario del Baix Llobregat. A diferencia de la blanca de Tudela, ovalada, la «Simphony» es alta y espigada. Sobre la calidad, Joan está satisfecho. Y también de la producción, ya que esta variedad proporciona más alcachofas que la otra. Sobre las plagas y su tratamiento, debe tener los mismos cuidados. Es un poco más barata. De tierna lo es tanto o más que la Blanca, a pesar de que su apariencia haga justo el efecto contrario.

Como muchos otros agricultores del Barcelona, ​​Joan Amat trabaja la tierra de forma que sea muy productiva. Por sus manos también, pasan, cultivo tras cultivo, pepinos, espinacas, guisantes, apios, col, acelgas y alcachofas. Pero si le preguntan por el territorio agrario del Baix Llobregat y sobre el trabajo de payés, os dirá que la gran fragilidad de este espacio la provoca la «falta de inversiones públicas en infraestructuras agrarias». Pero eso ya es otra historia.

 

El árbol de Laila crece en Cal Pastera

El árbol de Laila crece en Cal Pastera

De pequeña, Laila Chaabi, veía su padre trabajando en el huerto que tenían para autoconsumo y fue aprendiendo sobre qué, cómo y cuándo plantar, como regar … «Pequeños detalles que no te enseñan en la facultad, donde todo es muy teórico «, dice. Pero nunca se había planteado hacer de payesa. Como la vida da muchas vueltas, desde hace tres años trabaja el campo en Cal Pastera, una pequeña explotación de una hectárea de extensión en Sant Boi, propiedad de sus padres, y otra en Sant Vicenç dels huertos, de media hectárea. Estudió ingeniería agrícola y tiene 31 años.

Hoy, está al frente de su propio proyecto. Un negocio basado en la agricultura ecológica. Le gusta compararlo con la figura de un árbol. Primero se planta, se arraiga, crece, forma un montón de ramas y un día da frutos. De la semilla o el esqueje, habrá salido un árbol que desea que sea generoso. Ahora, está en la fase de crecimiento. Dice que se distingue el tronco. Uno que espera que dentro de un año, más o menos, se haga robusto y con el que se pueda seguir ganandose la vida.

«Tenía lo más importante para trabajar: la tierra»

«Cuando terminé la carrera -recuerda-, no tenía trabajo. Me pregunté: ¿qué hago? Me pongo a hacer de comercial fitosanitario? Fue pasando el tiempo hasta que me di cuenta de que yo tenía tierra! Tenía lo más importante para ponerme a trabajar «. Fue sumando las experiencias familiares y sus conocimientos y tomó la decisión de trabajar en el campo. «Es un trabajo poco agradecido y nada valorado, y en cambio la comida es la base de todo», apunta. Ella y una amiga sumaron esfuerzos y apenas sin inversión, comenzaron a plantar en la propiedad de Sant Boi.

No lo tuvieron fácil. Los comienzos nunca lo son. Además, de vez en cuando recibían un jarro de agua fría por parte de algunos de sus compañeros agricultores: «Sois unas sucias, nos decían. Y todo porque tenemos plantas en el campo que para ellos son ‘malas hierbas’ «. Estas plantas son justo las que atraen fauna que se convierte en aliada para combatir según qué plagas. Quizás dan la impresión de que el campo no está cuidado, pero en realidad hacen una función importante para la cosecha, subraya.

El valor del «boca a oreja»

No habían pasado tres años cuando su amiga se fue para participar en otro proyecto agrario. Decidió seguir sola y comenzó a vender sus cosechas. Gracias al boca – oreja ganó clientes y éstos le dieron un reconocimiento entre los agricultores de los alrededores. A veces, se pone de acuerdo con otros pequeños productores para no repetir cultivos y entre todos poder tener un poco de todo: alcachofas, col Kale, acelgas, hinojo, rábanos, puerros, cebollas, pimientos, berenjenas, pepinos, calabazas y lechugas .

Sabe perfectamente cómo se hace camino. Sus horarios son, como dice el dicho, de sol a sol, y sus ganancias las reinvierte en el campo. Su madre pone el coche y le ayuda a llevar a vender sus productos. Ahora, está ahorrando para comprarse una pequeña furgoneta. Aparte de vender cestas de productos a través de su página web y grupos de consumidores, también vende en una parada, que comparte con otros tres pequeños productores de Viladecans, en en “Mercat de la terra”, que se organiza en la avenida del Paralelo de Barcelona los segundos sábados de cada mes, promovido por Slow Food Barcelona – Vázquez Montalban.

Proyecto TRACE

En el campo de Sant Vicenç dels Horts, trabaja en un proyecto promovido por la Associació Catalana de Traumatisme Cranioencefàlic i Dany Cerebral (TRACE). Laila cultiva productos ecológicos y colabora con las actividades de la asociación, que tiene como objetivos mejorar la calidad de vida de los afectados y familiares, y conseguir la inserción social, educativa, ocupacional y laboral de los afectados.

Si su árbol sigue creciendo como ha previsto, pronto podrá poner en marcha otro proyecto: cultivar plantas aromáticas y medicinales en una pequeña parte de la propiedad de Sant Boi. Ya lo ha bautizado como «el jardín de la salud». Energía y ganas no le faltan. Va de cabeza y le gustaría tener el don de la ubicuidad.