La ribera del Llobregat en Abrera es el último punto del río antes de entrar en el espacio más metropolitano, justo en el desfiladero de Martorell. Por lo tanto, constituye un reservorio de biodiversidad en la puerta de la región metropolitana de Barcelona y un lugar que es un refugio para muchas especies nidificantes. Acompañamos los técnicos de SEO BIRD LIFE durante el anillamiento de aves que cada mes realizan en este punto de la comarca, acción que se hace gracias al convenio de colaboración que la entidad tiene con el área de Medio Ambiente de Ayuntamiento de Abrera.
Alfonso Recio, técnico municipal de Abrera, subraya lo importante que es el entorno fluvial del río Llobregat a su paso por Abrera: es la principal aportación de agua en el acuífero de Abrera, conocido como cubeta de Abrera. Sin el río, este acuífero no existiría. Los sedimentos que secularmente ha arrastrado la corriente, también son los que han creado la capa geológica que conforma el acuífero.
El corredor mediterráneo
Por otra parte, el río ha sido, históricamente, un espacio de comunicación. El Llobregat rompe la cordillera litoral, en el desfiladero de Martorell, creando un paso que relaciona la fosa Valles-Penedès. Es lo que hoy llamamos corredor mediterráneo (antigua vía augusta) con el llano de Barcelona. De hecho, gracias al río, en Abrera confluye el camino de Madrid, el corredor mediterráneo y el acceso a Barcelona, y también vía Llobregat, un acceso hacia los Pirineos. Estratégicamente se trata de una geografía inmejorable.
Desde el punto de vista ecológico, el río es vital para Abrera, un municipio tan recortado por las infraestructuras de comunicación (el Llobregat es también una cierta paradoja, da una accesibilidad importante y a la hora atrae presión infraestructural). A nivel regional, es un conector ecológico, por ejemplo entre Montserrat y el delta del Llobregat. Pero también a nivel local, dentro de Abrera, nos garantiza una conectividad ecológica norte – sur. Y los torrentes del Llobregat, conectan las llanuras agrícolas de Abrera de Can Garrigosa y Sant Ermengol, o las sierras de cierran el valle del arroyo del Morral.
Los cañaverales ofrecen refugio a las aves
La ribera del Llobregat en Abrera tiene doble lectura. En sí mismo, actualmente es ya un espacio de gran valor. Todo el cañaveral da refugio a las especies nidificantes. Pero al mismo tiempo, sabiendo que la caña es una especie invasora, el espacio de ribera nos da la oportunidad de realizar proyectos de gestión de recuperación del bosque de ribera en determinados puntos. Este potencial de mejora, los proyectos que se pueden desarrollar, también son un valor.