Una payesa optimista

Una payesa optimista

Mireia Cardona hace tres años que trabaja como payesa. Tiene 32 años, es ingeniera agrícola por formación y actualmente es responsable de la producción en una cooperativa nacida el pasado noviembre en el Parque Agrario, la “Central Parc”, dedicada a la agricultura ecológica, con terrenos arrendados en Sant Boi, principalmente, y en Prat.

Antes de formar parte del equipo de la cooperativa, había trabajado en otra explotación agraria y compaginaba su trabajo -de lunes a los jueves- con otra en un restaurante que le ocupaba viernes, sábados y domingos. Ya no tenía más horas. Hasta que un día dijo basta. Y decidió trabajar exclusivamente en el campo. Con todas las energías y esperanzas puestas en un nuevo proyecto, en el que trabajan seis personas en diversas tareas y que parte de la idea de recuperar espacios en desuso o abandonados en el Parque Agrario para volverlos a hacer productivos y revalorizarlos a través de la agricultura ecológica.

Cinco hectáreas de cultivos

Es de las pocas mujeres que en el parque agrario están al frente de la producción: cinco hectáreas que suman varias fincas, algunas de las cuales estaban abandonadas. Hace lo que le gusta. Estos días ha cosechado alcachofas, unos 300 kilos que llevará directamente al Maresme. Y ya está pensando en los más de 1.000 kilos que tendrán como destino la Carxofada que se hará en Sant Boi el día 20 de marzo.

Y vendrán próximas cosechas: de habas, guisantes, cebollas, ajos, lechugas, remolachas o tomates, por ejemplo. Una parte de los campos están en proceso de conversión a la agricultura ecológica, ya que siguiendo la normativa deben estar tres años sin tratamientos fitosanitarios químicos. Pero está a un paso de lograrlo. Otras fincas ya tienen la certificación de producción ecológica.

Ganarse la vida trabajando en el campo

Hablando con otros payeses, cuando le dicen que no se ganará la vida trabajando en el campo, hace de tripas corazón. Cuando lo cuenta, se muestra consciente de las dificultades de un proyecto que arranca pero también de saber qué tiene entre manos. Aunque, en ocasiones, por mucho que planifica una jornada, este trabajo le proporciona un montón de imprevistos. Por otra parte, la producción ecológica tiene salida entre los cada vez más numerosos grupos de consumidores que se organizan para hacer compras de forma periódica. Familias que crean asociaciones y cooperativas de consumo ecológico y a las que se acaban uniendo otras personas, todos clientes muy fieles a los productores que les sirven.

De nuevo, no tiene tiempo para aburrirse. Prepara espacios para plantas que atraigan la fauna auxiliar, aliados en el campo. También debe preocuparse por las plagas habituales, por ejemplo del riquer de la alcachofa, y auqneu está tranquila porque hasta ahora no se han presentado grandes problemas, ha asumido que de una manera u otra el oidio ( hongo) acabará haciendo acto de presencia entre los guisantes. La experiencia que atesora la hace capaz de poner los cinco sentidos en las soluciones y encontrarlas, o mirar el lado positivo de todo.

Espacio para la formación

En uno de los campos donde tiene plantadas alcachofas, hay un espacio reservado para la formación de los alumnos de formación profesional (agraria) de uno de los cursos en los que participa la cooperativa. Hacen prácticas tres días a la semana y tienen plantadas lechugas y coles. Sólo hay una chica entre la docena de estudiantes. Mireia sonríe cuando revela el dato. El tiempo dirá.

La cooperativa «Central Parque» surgió del impulso de la ong Desos Opció Solidària i cuenta con el apoyo del Ajuntament de Sant Boi, la Fundació Catalunya la Pedrera, la Obra Social La Caixa, entre otras entidades e instituciones.