Tuvo que haber una guerra para que el Llobregat no fuese un rio de sal

Tuvo que haber una guerra para que el Llobregat no fuese un rio de sal

La salinización del riu Llobregat representa un problema que se arrastra desde principios del siglo XX. En la parte superior de su cuenca, en las proximidades de su afluente, el Cardener, hay minas de sal y potasa. Esta actividad industrial comienza en 1925, cuando se inauguran las instalaciones de la compañía Minas de Potasa de Súria. La extracción de potasa es una actividad que produce salmueras, provenientes de la limpieza del mineral, que salinizan las aguas del Cardener y del Llobregat.

En 1926, sólo un año después de la inauguración de las minas, Antonia Burés, propietaria de una empresa textil en la colonia Antius, a la orilla del Cardener entre Súria y Manresa, puso la primera denuncia contra la empresa Minas de Potasa de Súria, por considerar que la sal que la empresa vertía en las aguas del río había corroído las turbinas de las máquinas de su fábrica. Burés apuntaba de lleno a la empresa como responsable del problema.

Acudit firmat per Tísner al setmanari satíric "L'Esquella de la Torratxa". Publicat el 22 de març de 1935.
Viñeta gráfica de humor firmada por Tísner en el semanario satírico «L’Esquella de la Torratxa». Publicada el 22 de marzo de 1935.

Acceso a la edición digitalizada de «L’Esquella de la Torratxa» del 22 de marzo de 1935 (Arxiu de Revistes Catalanes Antigues, ARCA).

Se encienden las alarmas

A partir de entonces, la polémica no cesó. En 1930, vecinos, agricultores, propietarios de fábricas y la misma compañía de Aguas de Barcelona denunciaban los hechos. Observaban con recelo como los índices de salinidad del agua del río, lejos de bajar, aumentaban. Todas las alarmas estaban encendidas y se propuso la construcción de un colector que llevara las salmueras directamente desde la mina al mar. En 1935 la situación era tal que los medios de comunicación, con mucha ironía, dedicaban mordaces chistes gráficos en sus páginas. El humor se convirtió en un arma de protesta bien afilada ante la inquietud y la incertidumbre sobre la calidad y el uso de las aguas del Llobregat.

Acudit gràfic publicat pel diari "La Publicitat" el 9 de juliol de 1935.

En esta viñeta gráfica de humor el diario «La Publicitat» avanza una predicción sobre como será el agua del Llobregat pocos años después si persiste el problema de la salinización. Publicada por el diario el 9 de julio de 1935.

 Acceso a la edición digitalizada de «La Publicidad» del mes de julio de 1935 (Arxiu de Revistes Catalanes Antigues, ARCA).

La sal se desvanece del río durante la guerra

Durante los años de la Guerra Civil sin embargo, se produjo un hecho que viene a  reforzar las tesis de quienes sostienen una relación de causa y efecto entre la actividad de las minas y la salinidad del río. La incorporación de los hombres a filas obligó a paralizar las minas por falta de mano de obra, y los niveles de sal del río cayeron en picado hasta mínimos históricos. Los registros de sal en el agua del río en aquellos años, dan cifras similares a las que se observaban antes del inicio de las explotaciones mineras. Tuvo que haber una guerra para que bajasen los niveles de sal del río Llobregat.

Como persistía la preocupación por la calidad del agua del Llobregat los técnicos de la empresa Aguas de Barcelona, entonces colectivizada, siguieron yendo al río a hacer controles, incluso en los peores momentos de la guerra, cuando las bombas caían sobre Barcelona. Tomaban muestras y las analizaban con el apoyo de sus colegas del Laboratorio Municipal de Barcelona. Los mismos trabajadores de Aguas de Barcelona procuraron que los vehículos que se utilizaban para desplazarse al río no fueran requisados por las necesidades de la guerra.

Acudit firmat per Tísner al setmanari satíric "El be negre". Publicat el 20 de març de 1935.
Viñeta gráfica de humor firmada por Tísner en el semanario satírico «El be negre». Publicada el 20 de marzo de 1935.

Acceso a la edición digitalizada de «El be negre» de 20 de marzo de 1935 (Arxiu de Revistes Catalanes Antigues, ARCA).

Las masías del Llobregat proporcionan víveres

A grandes males, grandes remedios. A pesar de la temeridad que suponía desplazarse al río, las inspecciones también proporcionaban a los técnicos la oportunidad de visitar las masías del Llobregat, donde adquirían víveres y otros productos que difícilmente se podían encontrar en Barcelona en aquellos momentos.

De todos estos hechos tenemos conocimiento gracias al trabajo de investigación de Roger Lloret, Jordi Honey-Rosés y Santiago Gorostiza para su libro «Ríos de sal». Los tres autores han hecho una extensa consulta de datos procedentes de archivos públicos y privados, para realizar un análisis histórico documentado del problema de la sal en el Llobregat. Un ejemplo de la información sobre la que han trabajado son los datos que se recogen en el cuadro de la evolución del nivel de cloruros en el río Llobregat aguas abajo de Martorell, desde 1931 a 2013 y que os mostramos en este artículo. La tesis de estos investigadores es que la actividad de las minas tiene consecuencias en los niveles de salinidad del río, y este trabajo es su herramienta para demostrarla. Un conflicto medioambiental que afecta tanto a los habitantes de la cuenca del Llobregat y del Cardener, como los del Área Metropolitana de Barcelona, ​​ya que el Llobregat es el principal proveedor de agua de la región metropolitana.

Mapa de l'evolució de clorurs a l'aigua del riu Llobregat en el tram posterior a Martorell de 1931 a 2013. Elaboració dels autors del llibre "Rius de Sal".
Mapa de la evolución de cloruros en el agua del río Llobregat en el tramo posterior a Martorell de 1931 a 2013. Elaboración de los autores del libro «Rius de Sal».

Fotos cedidas por los autores del Libro «Ríos de sal».

El Llobregat y el Cardener son «ríos de sal»

El Llobregat y el Cardener son «ríos de sal»

Roger Lloret se ha pasado más de media vida cuidando de los ríos de nuestro país, y especialmente del Llobregat. No es una obsesión, sino que lo ha hecho porque era su trabajo (y su pasión). Aunque cuando tenía un momento para ocuparse de otras cosas, también seguía -y lo sigue haciendo- interesándose por los ríos y la meteorología. Químico y agrónomo, durante 40 años ha tenido en sus manos el control de la calidad y la sanidad del agua del Llobregat para la Sociedad de Aguas de Barcelona.

Acostumbrado a atender a investigadores y técnicos de empresas y de administraciones, en 2008 Roger conoció a Jordi Honey-Rosés, un estudiante de la Universidad de Illinois de madre catalana, a quien sus raíces lo llevaron a Barcelona con la idea de hacer su tesis doctoral.

Roger le facilitó toda la información y conocimientos de que disponía, tanto del Llobregat como del Cardener. Pero para acabar de orientar a Jordi, le pidió que fuera a las fuentes del Llobregat y procurase hacer el camino del río hasta su desembocadura. Dicho y hecho. Jordi se fue a Castellar de n’Hug y siguió todo el trazado del río hasta la desembocadura. Cuando llegó el delta, tuvo suficiente para decidir sobre qué trataría la tesis: la vertiente económica del río, o dicho de otra manera más explícita ante lo que había visto: Que es mejor, invertir en el río o en tecnologías que lo mejoren?

Aliados

Después, Roger conoció a Santiago Gorostiza, un estudiante que se disponía a estudiar la colectivización de empresas en la comarca del Baix Llobregat durante la guerra civil. El hecho es que cuando Roger, Jorge y Santiago se encontraron con un montón de datos en sus manos pasó como cuando se junta el hambre con las ganas de comer, y decidieron escribir un libro sobre la cuestión. Este es el origen de «Ríos de Sal» un intensivo estudio sobre el impacto de la sal a lo largo de la historia en el curso del Llobregat y el Cardener que han publicado con la ayuda del Centro de Estudios Comarcales del Baix Llobregat.

Durante cuatro años, consultaron toda la información disponible y llamaron a las puertas de todos los lugares conocidos y por conocer. La principal conclusión que destacan de su trabajo es que desde que comenzaron las explotaciones industriales de potasa en el Bages, la salinidad del río Llobregat ha sido el dolor de cabeza del abastecimiento del agua en el área metropolitana de Barcelona.

Durante los tres años que estuvo parada la planta de potasa en la guerra civil, los niveles de salinidad bajaron notablemente. Aún hoy en día, según los datos que los autores detallan en su libro, la salinidad del río sobrepasa los máximos que se fijaron durante la Segunda República. La Generalitat republicana había puesto en marcha un plan de acción para frenar la salinidad. Durante los trabajos de investigación, los tres autores descubrieron que la primera denuncia contra las minas está datada en 1926 por parte de la empresa textil Burés, debido a que la sal del agua había dañado sus turbinas.

La edición ha sido posible gracias al apoyo del CECBLL y de mecenas privados. Los tres están satisfechos con un libro que muestra cómo la población se moviliza para denunciar los impactos de la salinización de los ríos en Cataluña. Jordi Honey-Rosés es profesor en la universidad British Columbia de Vancouver. Santiago Gorostiza es investigador Marie Curie en la Universidad de Coimbra (Portugal).

“Rius de Sal – Una visió històrica de la salinització dels rius Llobregat i Cardener durant el segle XX”. Editat per Edicions del Llobregat- Centre d’Estudis Comarcals del Baix Llobregat.